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Si alguna vez te has preguntado qué hace y para qué sirve un administrador de fincas colegiado debes saber que es un profesional que puede desarrollar multitud de tareas imprescindibles para el buen funcionamiento de una comunidad de vecinos. 

El administrador de fincas no se centra tan solo en gestionar a los diferentes proveedores del inmueble o en controlar sus gastos, sino que es el encargado del correcto funcionamiento y la armonía de una propiedad. De ahí que sea tan importante que sea un administrador de fincas debidamente colegiado y tenga el título que lo acredite.

En ocasiones la figura y el trabajo del administrador de fincas recae en el presidente de la comunidad, una función rotativa y que normalmente sobrepasa a quien la ejerce durante el año en funciones ya que debe mediar en conflictos o en cualquier problema que afecte al inmueble. En cambio, el administrador de fincas colegiado tiene una preparación específica para asesorar y administrar correctamente bienes inmuebles, ya sean tipo urbano o rústico. 

A continuación te explicamos las 4 claves para escoger un administrador de fincas cualificado: 

1. Para empezar debe contar con la titulación oficial correspondiente que acredite su formación ya que se va a encargar de temas de vital importancia para la comunidad de vecinos. Además deberá estar colegiado para asegurarse que hay una garantía de profesionalidad y responsabilidad absoluta a la hora de ocuparse del mantenimiento de una propiedad. 
2. Un administrador de fincas colegiado es consciente de la importancia de una formación continua ya que interpreta y aplica la legislación vigente con el objetivo de evitar litigios. Además, una de sus muchas funciones es conservar y mejorar la propiedad constantemente, por lo que un buen administrador de fincas, además de estar colegiado, deberá asistir a cursos y conferencias para aportar su soporte jurídico en caso de que sea necesario y actualizarse en lo que se refiere a ayudas a la rehabilitación de inmuebles, así como los precios de mercado de venta y alquiler. 
3. El día a día de una comunidad de propietarios requiere una correcta gestión administrativa y económica. El administrador de fincas gestiona los bienes inmuebles de terceros sabedor de que es un valor de inversión y ahorro, o bien un legado familiar. Por ello, el administrador de fincas colegiado debe estar al día de las cuentas y controlar todos los pagos y cobros. 
4. Por último y no menos importante, un administrador de fincas colegiado debe estar capacitado para manejar y mediar en conflictos vecinales y gestionar los probables problemas que surjan en el inmueble a lo largo de los años. Por ello, además de tener los conocimientos necesarios en contabilidad y gestión de fincas, también deberá saber cómo preparar las juntas de vecinos y tener en cuenta la disponibilidad de todos ellos para lograr la máxima participación y consenso. 

Contar con un administrador de fincas colegiado es, en definitiva, la mejor garantía para el buen funcionamiento de una comunidad de vecinos y la correcta gestión de un inmueble como valor de inversión.